apodado por el ejército soviético "Belaya Smert" (en ruso: Белая смерть, en finés: Valkoinen Kuolema, y en español: La Muerte Blanca), fue un soldado finlandés, considerado el mejor francotirador de la historia.
Simo nació en el pequeño pueblo de Rautjärvi, cerca de la actual frontera finesa con Rusia, e inició su servicio militar en 1925. Durante la Guerra de Invierno de 1939-1940 entre Finlandia y la Unión Soviética, sirvió como francotirador contra el invasor ruso. Actuando a temperaturas que oscilaban entre los veinte y los cuarenta grados centígrados bajo cero, y vestido completamente de camuflaje blanco, Häyhä abatió a más de 505 soldados enemigos, aunque datos extraoficiales elevan esta cifra a 542. El recuento diario de los enemigos muertos se llevaba a cabo en el campo de batalla por los mismos francotiradores finlandeses.
Häyhä utilizaba una variante finesa del fusil soviético Mosin-Nagant, el rifle M28 Pystykorva. Simo prefería no usar mira telescópica para no aumentar el tamaño del blanco que ofrecía al enemigo durante los combates, y porque con frecuencia, los francotiradores eran delatados por el reflejo del sol en las lentes de estas miras. Además, su corta estatura, 1,52 m, le fue de gran ayuda a la hora de pasar inadvertido en el combate.
Además de sus bajas con el fusil, Simo tiene también acreditadas otras doscientas con un Subfusil. Todas las bajas que este tirador infligió al ejército soviético se produjeron en un plazo de tres meses. El 6 de marzo de 1940, Häyhä fue herido en la cara por una bala explosiva enemiga. Antes de esto, los rusos elaboraron multitud de planes para acabar con él, incluyendo el envío de francotiradores y ataques de artillería, que no consiguieron ningún resultado. Se presume que el disparo que le hirió fue realizado al azar, y las heridas le produjeron un coma.
Simo fue rescatado por sus compañeros, quienes relataron posteriormente que "la mitad de su cara había desaparecido". El día 13 de marzo, el mismo en que se firmó la paz entre la Unión Soviética y Finlandia, Simo Häyhä recuperó la consciencia. Tras la guerra, fue ascendido de cabo a segundo teniente por el mariscal de campo Carl Gustaf Emil Mannerheim. Ni antes que él ni posteriormente ningún soldado había obtenido un ascenso en circunstancias tan dramáticas en la historia militar de Finlandia.
Preguntado por cómo llegó a ser tan buen tirador, simplemente contestó que "practicando". Sobre su oneroso record de muertes, decía que "Hice lo que se me ordenó lo mejor que pude".
Considerado el mejor francotirador de la historia